martes, 4 de noviembre de 2014

El llamado de Dios es irrevocable.



Hoy te compartiré el claro y conmovedor testimonio de una preciosa mujer mexicana que ha sido llamada a la India sirviendo en el ámbito educativo.

Actualmente se encuentra en un periodo de entrenamiento en misiones en Estados Unidos de América.

Te invito a que te unas para sustentarla como parte de su ejército de oración. Puedes seguirla siendo bendecida con sus memorias en este tiempo y contactarla en su página http://www.lupitanavarro.com/

Espero que de paso alguien pueda ser tocado por esta experiencia y le dé el último “empujoncito” para servir en misiones. ;)

¡Adelante mi querida, la pluma es tuya! J


“Soy Lupita Navarro.
Hace 25 años, tres años después de mi conversión, Dios me llevó a La India. Estuve allí 6 meses en un estado al suroeste llamado Goa. Hice trabajo misionero  con otras 3 personas de mi iglesia en Zacatecas.

El experimentar de cerca la necesidad espiritual de la gente en ese país, cambió mi perspectiva de la vida y de mi llamado.

En febrero de 1989, durante mi viaje de regreso de La India, yo le pedí a Dios que me dijera si Él quería que yo regresara a ese país. Le pedía que me diera una señal antes de llegar a Zacatecas. Fue entonces cuando al ir atravesando por carretera el estado de Durango, vi un letrero que anunciaba un poblado en ese lugar llamado “La India”. ¡Ya sabrán mi sorpresa al ver esto! Yo no tenía idea de que hubiera un poblado con ese nombre.

No conforme con esto, le pedí nuevamente a Dios que confirmara esto con Su Palabra. Él en Su fidelidad me dio Juan 15:6: “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegía a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidieres al Padre en mi nombre, él os lo dé”. 

Me era muy evidente que Dios  quería que yo regresara a ese país a servirle. Al principio pensé que esto sería de inmediato y me dediqué a hacer cosas encaminadas a mi regreso. Me fui a Austin a estudiar el Hindi 6 meses en la Universidad de Texas, busqué oportunidades para regresar, para obtener una visa, etc. Pero todo sin éxito.

Al transcurrir el tiempo, hubo  ciertas  ocasiones  en que llegué a pensar que  el llamado era sólo producto de mi imaginación. Sin embargo, a lo largo de los años Dios se ha encargado de recordarme que no es así.

En diciembre del 2003, al estar buscando a Dios, específicamente le pregunté qué quería de mí, qué quería que yo hiciera con los dones y talentos que Él me había dado. Aunque mi vida en ese tiempo era cómoda y me gustaba mucho, yo simplemente quería tener más dirección de Dios, sin necesariamente seguir pensando en La India. Pero,  Dios me habló claramente en Jeremías 31:39 que dice “Y el cordel de medir saldrá más allá, directamente hasta la colina de Gareb, y girará hasta Goa”.

Cuando leí esto, supe nuevamente que no era mi imaginación, sino que Dios me estaba recordando Su deseo de llevarme a La India otra vez. Sin embargo ninguna puerta se abría para mi regreso.

La confirmación de Dios.
En el año 2007 tuve la oportunidad de hacer una Maestría en Educación, pero yo estaba muy confundida porque sabía que  terminarla me tomaría tiempo. Realmente no estaba interesada en hacerla porque  me preguntaba cuándo, entonces, sería el tiempo de regresar a La India.

En febrero del 2008, durante mi primer año de maestría,  Dios puso una impresión fuerte en mi corazón de que yo iría a La India como maestra, que me usaría para evangelizar a las personas de las castas altas y que Él usaría esta maestría en Su tiempo perfecto para mi servicio en ese país.

Cabe mencionar que para la gente de estas castas los títulos académicos son muy importantes.  Me dio palabra en Isaías 55:4 “He aquí yo lo di por testigo a los pueblos, por jefe y por maestro a las naciones”.

En todo este recorrido, muchas veces llegué a preguntarle a Dios si yo tenía que buscar la oportunidad y manera de regresar a La India. Él volvió a hablar a mi corazón a través de Isaías 30:21: “Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis  a la mano izquierda”.  Supe pues, que Él me mostraría el camino, la manera y el tiempo correcto para regresar.

La bendición de mi papá.
3 semanas después de que murió mi papá, encontré una carta que él me había escrito en donde me dice: “Hijita, sabemos que fuiste escogida por Él para ser una misionera en La India y la fecha se está acercando”.  Al final de la carta mi papá también escribió esto: “Te quiero bendecir con este versículo, ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!

Ese mismo día un poco más tarde, vi ese mismo versículo en una revista misionera con una foto de los pies de mujeres de La India. Supe entonces que el tiempo había llegado, pero no tenía idea de qué debía hacer o por dónde empezar a buscar la oportunidad para mi regreso  a La India.

Días más tarde recibí una carta, a través de una amiga mutua, de unos misioneros brasileños que están en La India. En esa carta, explican que ellos tienen un instituto de idiomas como plataforma para que lleguen misioneros a este país. Este instituto sirve básicamente a personas de las castas altas y enseñan Hindi, Inglés, y, para mí sorpresa, también español. Mencionaban también allí, en  letras mayúsculas, que necesitaban maestros de español.



El cumplimiento del tiempo.
Ahora estoy en un entrenamiento misionero de 9 meses en una organización llamada Hillside Missions en Richmond Virginia, preparándome para alcanzar  a los no alcanzados con el amor y salvación de Jesucristo.”


Maravilloso cómo Dios  abre puertas y pone paz en los corazones cuando es el tiempo de ejecutar Su plan y dar otro paso.

La próxima semana publicaré un devocional escrito por Lupita, sobre misiones. Espéralo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

¡Anímate a comentar! Tu opinión es importante.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...