miércoles, 8 de mayo de 2013

La trampa de las expectativas


Documentándome para escribir el artículo de hoy, puesto que yo también lucho con ser una madre perfecta como muchas ustedes, encontré este párrafo con el cual me identifiqué de inmediato y describió lo que frecuentemente pasa por mi corazón. Te lo trascribo porque no quiero que pierdas detalle:
“Hoy en día nos fijamos muchas metas que compiten entre sí. Queremos hacer todo perfecto, ser cultas, guapas,  delgadas, estar a la moda, ser las mejores mamás, caminar con zapatos de tacones de aguja, ser competitivas, tomar clases de todo, ganar bien, ser sexis, tener la casa linda, desarrollarnos internamente, ser interesantes, profesionales, tener nuestros pequeños placeres, además de contar con tiempo para descansar”.
Yo le añadiría a la lista también ser la mejor cocinera y tener los mejores hijos educados, amorosos, estudiosos y exitosos (y todo lo que termine en “oso” si se nos permite ¿verdad? J
Bueno ¿te identificas?
El meollo del asunto es que ciertamente son los deseos de nuestro corazón influenciados por lo que la sociedad pide de nosotras y pensamos que puede ser cierto, todo al mismo tiempo, por solo una persona, y esto es falso.
Me encontré frases engañosas como la de que “Dios no puede estar es todas partes y por eso creó a las mamás”.
Cuántas veces leemos que cierta actriz o líder social o política supuestamente es el ejemplo todo lo anterior, pero no nos dicen el dinero que gana y el séquito de sirvientes que paga. Además de que sus imágenes son transformadas por el “photoshop” y las cirugías, y aun así, si les preguntas si están satisfechas, seguramente les hace falta algo.
El cansancio, la frustración y la depresión no se hacen esperar cuando no alcanzamos estas metas.
Si hiciéramos la cuenta del tiempo que necesitamos para estas expectativas, como las horas de gimnasio para poder estar delgada y firme como quisiera, de peinado y maquillaje (contando lo que tardas en desmaquillarte también), llevar y recoger a los hijos a la escuela y revisar tareas, jugar con ellos, atender  al esposo, tiempo para cocinar, ir al mercado, limpiar la casa, descansar,  trabajo fuera de casa, etc., y sumarían 40 horas diarias aproximadamente, te reto a que realices este cálculo, me fue de mucha ayuda. Así me percaté de que es imposible, ¡nuestros días son de 24!
Vayamos aterrizando. Jesús mismo cuando estuvo en la Tierra, no sanó a todos los enfermos que hubo en la época en que estuvo aquí, no gastó tiempo personal con todos los habitantes de todas las ciudades existentes en el planeta en ese momento. No lo hizo todo para todos siendo Dios (valga la repetición de la palabra “todo”).
Lc. 10.42.- Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, 
afanada y turbada estás con muchas cosas.
Pero sólo una cosa es necesaria; 
y María ha escogido la buena parte,
la cual no le será quitada.
Plan de acción:
1.- Ser realista sobre mi condición, física, emocional, espiritual y económica.
Puede ser que yo solo haya sido hecha para un solo hijo, otras para 5. Hay que checar tus problemas de salud,  no arriesgarte a tener más hijos si ya eres mayor de los 40 o has tenido embarazos o partos con  complicaciones porque te puede salir peor. Nuestros hijos y esposos nos necesitan fuertes y sanas.
Por su parte, a lo mejor mi metabolismo y constitución física luego de tener hijos no puedo ser delgada y firme de forma natural. Hay féminas que tienen 4 hijos encima y están espectaculares, pero a otras no nos es posible, solo debemos asegurarnos de hacer lo que debemos (alimentación y ejercicio) y que no tengamos algún padecimiento que impida que estemos en el peso adecuado.
Revisa si tu carácter es para poder formar cabalmente a cada uno de tus pequeños, qué tan organizada eres y qué tan sensible al estrés.
Qué tiempo vas a dedicar a tu crecimiento espiritual personal y de cada uno de tus hijos.
Platicar con tu esposo sobre la situación económica  de la familia, si es necesario que trabajes tú aparte o no y fuera o dentro de casa.
2.- Preguntarme por qué quiero ser perfecta: Para alimentar mi ego o para servir a los hijos.
Fil 2.3.- Nada hagáis por contienda o por vanagloria; 
antes bien con humildad, estimando cada 
uno a los demás como superiores a él mismo;
A veces los retoños se sienten opacados por el protagonismo de la mamá.
3.-Debo sentarme a meditar cuál fue mi plan como familia y mujer y cuáles serán mis prioridades en estos años, no puedo hacer gozar de todos mis deseos al mismo tiempo, siempre hay que sacrificar algo.
Puede ser que hayas decidido que lo mejor es pasar los primeros años junto a tus hijos y quieras esperar a que crezcan un poco para poder laborar de nuevo. Pero hay que analizar si cuando vuelvas a trabajar cuántas horas dedicarás y cuánto salario deseas ganar (ya que esto es proporcional a las responsabilidades y el tiempo).
Ec.3.1.- Todo tiene su tiempo, y todo lo 
que se quiere debajo del cielo tiene su hora
(Continúa leyendo hasta el versículo 7).
4.- Aceptar que no estoy obligada a ser perfecta, soy pecadora como todos, solo el Creador es el único que reúne todas las cualidades. Mi responsabilidad es dar lo mejor de acuerdo con mis capacidades y al plan que ya diseñé con antelación.
Es importante mostrarse transparente con los hijos, que a veces mamá está cansada, se enferma,  llora, está triste, preocupada o enojada. Dios nos creó con emociones, las cuales por supuesto tienen un límite y no hay que cargar a los hijos con lo que no les corresponde.
Para explicarme mejor, si muere su abuela, tengo todo el derecho de llorar por mi madre, no está mal que me vean triste un tiempo, soy humana.
Si estoy mal de salud y es necesario estar en cama para aliviarte más rápido, debes descansar y atenderte. A veces por no parar tardamos más en aliviarnos.
5.-Persuadirme de que no soy Dios para tener el control de todo lo que suceda en la casa y no sentirme culpable por lo que no puedo evitar. El Padre Celestial permite los cambios en nuestras rutinas y agendas para probar nuestro carácter.
6.- Ser honesta si necesitamos ayuda. En ocasiones puede ser que andes muy fatigada y puedes hablar con tu esposo de cómo te sientes y preguntarle si a lo mejor se puede hacer cargo de la cena o cuidar a los chicos un rato.
Nuestro trabajo son 365 días del año las 24 horas del día. También puedes auxiliarte de los abuelos, hermanos, alguna amiga de confianza, guarderías o maternales.
7.- Comunicar el amor en forma física y verbal. Esto nos recuerda el propósito y da sentido a lo que estamos haciendo.
8.- Estar contenta con lo que hayas decidido.
Las distintas fuentes a las que acudí, creyentes y seculares, llegaron a la conclusión de que de nada servía ser exitosa profesionalmente, si no estás con los seres que amas y están cerca del corazón.
Ec. 3.9-13.- ¿Qué es lo que en verdad gana la gente a cambio de tanto trabajo?  He visto la carga que Dios puso sobre nuestros hombros.  Sin embargo, Dios lo hizo todo hermoso para el momento apropiado. Él sembró la eternidad en el corazón humano, pero aun así el ser humano no puede comprender todo el alcance de lo que Dios ha hecho desde el principio hasta el fin. Así que llegué a la conclusión de que no hay nada mejor que alegrarse y disfrutar de la vida mientras podamos. Además, la gente debería comer, beber y aprovechar el fruto de su trabajo, porque son regalos de Dios. (NTV)
Hechos 20.24.- Pero de ninguna cosa hago caso, 
ni estimo preciosa mi vida
para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo,
y el ministerio que recibí del Señor Jesús, 
para dar testimonio
del evangelio de la gracia de Dios.

Termino con esta comparación. A mí me encanta el personaje de Ironman porque es un súper héroe distinto a los tradicionales.
Ironman tiene poderes, pero es vulnerable, se muestra herido, con la armadura maltratada, se le acaba de energía en cualquier momento varias veces en la historia, puede tener una actuación digna de admirar y a los segundos se descuida y es torpe, aun cuando está muy atareado no olvida ser detallista con sus seres queridos, cada día está atento y perfecciona su funcionamiento según requiera ajustes.
Creo que así soy yo como mamá y como ser humano: Soy especial, fui hecha por el Creador del universo, pero puedo equivocarme, ser herida por personas o circunstancias, estar desanimada o deprimida, tener una excelente actitud o palabras de aliento, pero no dejo de ser una oveja que puede ser tarda en comprender o que le falta destreza en algo.
Pero el Señor me dotó, como Su hija, de un Poder, del Espíritu Santo que me da la fortaleza de levantarme, corregir y tener la posibilidad de ser semejante a Cristo, no igual a Él, y bendecir a mi familia siendo la mamá que Él me permita ser dentro de mi condición.
1 Tim 1.12.- Doy gracias al que me fortaleció, 
a Cristo Jesús nuestro Señor,
porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio,

Desafío para la semana dos:
Toma lápiz y papel y haz dos columnas.
En una columna anota las expectativas que
tienes de ti misma como mamá.
En la otra, anota las que tiene Dios.
Compara las listas y decide borrar los puntos que
no estén alineados con lo que dice el Señor.
¡Verás qué libre te sientes!




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