viernes, 27 de marzo de 2015

Características de una madre efectiva.


Todo lo que es bueno y perfecto es un regalo 
que desciende a nosotros de parte de Dios nuestro Padre, 
quien creó todas las luces de los cielos.
St. 1.17 a (NTV).

         El más perfecto regalo que Dios me ha dado, además de la vida eterna, es poder tener un hijo. Él fue muy bueno conmigo, después de años de oración, el mismo Creador de las estrellas lo formó y me lo envió, como Él quiso, cuando Él quiso y de la manera que Él quiso…

         Una vez que llega, nos gastamos demasiado en querer ser buenas madres y el perfeccionismo femenino nos ataca vorazmente. Pero alguna vez escuché que en lugar de querer ser buena madre, es mejor trabajar en ser una madre efectiva.

La eficacia es “la capacidad de lograr el efecto que se desea o se espera.”

Exploremos algunas características de una madre efectiva:

©  Busca a Dios.

Así como un venado sediento
desea el agua de un arroyo,
así también yo, Dios mío,
busco estar cerca de ti.
Tú eres el Dios de la vida,
y anhelo estar contigo.
Quiero ir a tu templo
y cara a cara adorarte sólo a ti.
Sal. 42.1, 2 (TLA).

Conoce a Dios, sabe lo importante que es para su vida y la de su familia, le busca, se deleita en Él, y sabe que es la fuente de todo.

©     Confía en Dios.

Fuerza y honor son su vestidura;
Y se ríe de lo por venir. Prov 31.25.
        
Si pusiera esta porción en práctica siempre, ahorraría noches de insomnio y síndromes de intestino irritable. Recordemos que el Señor ama a nuestra familia más que nosotras mismas.
No sabemos lo que traerá el futuro, pero sabemos quién trae el futuro y quién está en control cada momento. Oremos  para que cuando caiga el afán, podamos ver la dignidad y la fuerza de Dios vistiendo nuestra debilidad.

©     Cuida su salud.

Ella es fuerte y llena de energía
y es muy trabajadora. Prov. 31.17 (NTV).

   Hay que entender que parte de nuestras responsabilidades es cuidar de la salud y el cuerpo.

  Una buena administración del tiempo incluye trabajo, descanso, actividad física, respetar nuestras horas de comida (¡no solo la del esposo y los hijos! ¿te suena familiar?), cuidar lo más que se pueda el tiempo de sueño  y programar consultas médicas periódicamente.

©     Administra bien su tiempo.

Se levanta de madrugada y prepara el 
desayuno para su familia
    y planifica las labores de sus criadas. 
Prov. 31.15 (NTV).

Si estamos sanas, física y espiritualmente, tendremos toda la fortaleza para empezar el
día con toda la energía y la mente despejada para emprender la jornada.

     Ayúdate de listas de quehaceres y pendientes para hacer cada día. No queramos hacer todo en 24 horas porque nos lleva a la ¡frustración!

©     Es previsora.

Cuando llega el invierno, no teme por su familia,
    porque todos tienen ropas abrigadas. Prov. 31.21 (NTV).

               Parte de nuestro trabajo materno es estar al pendiente de las necesidades físicas, emocionales e intelectuales de nuestros retoños.

     Para esto, prepárate buscando información sobre estos temas.

     Debo destacar que me impresiona ver madres que no saben lo que sucede a su alrededor, nunca ven noticias sobre su ciudad, no están informadas de alguna alerta sanitaria, climatológica, alimentaria, escolar o de seguridad, y sobre tendencias en las adicciones y temas infantiles y juveniles (pornografía, informática, bullying, trastornos alimenticios, etc.)

     Aunque somos peregrinos de este mundo, ¡vivimos en él! No puedes desconectarte,  ¡es parte de ser una profesional del hogar!

©      La excelencia se destaca en su trabajo doméstico.

Ella hace sus propias colchas.
Se viste con túnicas de lino de alta calidad y vestiduras de color púrpura. Prov. 31.22 (NTV)

Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres;
sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.
Col. 3.23, 24.

                El mundo se encarga de denostar el trabajo del ama de casa constantemente, somos bombardeadas y desanimadas cuando no somos “productivas” fuera del hogar.

               El trabajo de lavar, cocinar, recoger, decorar, limpiar y administrar  la casa (y lo que sucede en ella), es parte de la manera en que sembramos buenos hábitos a los hijos, es una enseñanza silenciosa sobre disciplinas que les ayudarán toda su vida.

               No tenemos vacaciones ni días festivos, pero nuestra labor no se escapa de la vista de Dios.

¿En qué aspecto debes trabajar? ¡Seamos la mejor versión de nosotras mismas!

Porque somos hechura de Dios, creados en
Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso
de antemano a fin de que las pongamos en práctica.
Ef. 2.10 (NVI).

Gracias por leer. Si tienes otro punto qué añadir, espero tus comentarios.

Si este artículo fue de edificación para ti, compártelo por correo electrónico y por las redes sociales.

Hasta la próxima.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

¡Anímate a comentar! Tu opinión es importante.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...