lunes, 18 de febrero de 2013

Las buenas dádivas de Dios





El otro día estaba un poco preocupada y me vino a la mente un pensamiento: “Si este asunto se resolviera,  nos sería de mucho bien. Pero han pasado tantos años y Dios no ha respondido…” Pero luego, pensé: “¿Y cuánto he orado por eso?” Pasaron unos minutos… ¿Sabes cuál fue mi respuesta? Lo he dado tan por perdido y han pasado ya como 7 años, y me percaté de que nunca había orado específica ni constantemente por ese asunto.

Y de inmediato el Espíritu Santo me trajo los siguientes versículos:
     Lc. 11.9-13.- Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿o si pescado,
en lugar de pescado, le dará una serpiente?
¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión?
 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?

…¿Entonces de quién fue la culpa?
Después me lanzó este:
St. 1.6, 7.- Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.
No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.

¡Auch, qué paliza! Luego fui a leerlo en mi Biblia y la concordancia me remitió al siguiente:
      Is. 55.7-9.- Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.
Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos,
ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.
Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.

Gracias  a Dios por su Palabra, cortante como espada de dos filos.
¿Qué hacer ahora?
Ø  Dejar de quejarme, 
Ø  Dejar de pensar intentando arreglar el mundo con mis métodos,
Ø  Confesar a Dios mi pecado y pedirle perdón y misericordia,
Ø  Dejarle a Él mis cargas.
Ø  ¡Pedirle…
Ø  Con fe!
Por supuesto que Dios sabe todas las situaciones que envuelven mi vida, pero el
versículo dice claramente pide y se os dará, llama y se os abrirá, quiere que dependa de Él, que le derrame mi corazón en oración y le entregue mis frustraciones, mis preocupaciones y mis cargas.
Recordé también lo que pasó el otro día, que por primera vez le compramos alimentos a Santi ahora que tiene buen apetito. Estaba tan emocionado cuando le enseñé lo que habíamos adquirido en el supermercado para él. Y yo como mamá, me sentía tan satisfecha de que él estuviera contento.
Pero ¿por qué no habíamos hecho esto antes? Porque por su acidosis (ATR) tiene mal apetito, no come como un niño normal. Mas cuando va pasando el tiempo y se van mejorando sus niveles, recupera sus ganas de comer. Esto le sucedió a Santi luego de casi 10 meses de tratamiento.
Entonces, aunque yo le hubiera comprado el manjar del año, él no estaba preparado para comerlo, ni mucho menos disfrutarlo.
Así que a veces no es porque Dios no sepa la injusticia o necesidad, es porque quiere que aprenda algo primero, porque si me lo da cuando yo quiero no lo disfrutaré como se debe o no estoy preparada para recibir esas buenas dádivas de Dios.
Mt. 6. 31-33.- No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos,
o qué beberemos, o qué vestiremos?
Porque los gentiles buscan todas estas cosas;
pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia,
y todas estas cosas os serán añadidas.

            Mi vida de oración debe ser prioridad, pedir, clamar, buscar en Su Palabra y promesas en este nuevo año que comienza confiando en Su plan.

Jer 29.11.- Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.

Si nosotros que somos injustos queremos que nuestros hijos estén bien, Dios Padre igualmente desea bendecirnos. Así sea.


Por Jéssica M. Jiménez B. de Beltrán.

Escrito para el Blog "El Viaje de Una Mujer".

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