martes, 2 de diciembre de 2014

Tardos para airarse.

Puse esta foto, porque me recuerda a mí :O
Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír,
tardo para hablar, tardo para airarse;
Santiago 1:19.

Y entramos ya a la última parte de este versículo: Ser tardo para airarse.

¿Qué es la ira? Una emoción, que es un punto donde convergen las reacciones del cuerpo y de la mente. Abarca desde la irritación leve hasta la furia y rabia intensas.

Plutchik (1985) especuló que existen ocho emociones básicas agrupadas en pares de opuestos:
   ·        Alegría-tristeza.
   ·        Aprobación-disgusto.
   ·        Cólera-miedo.
   ·        Sorpresa-anticipación.

En el conjunto de las emociones, la ira tiene mala fama.

El origen del enojo puede ser una persona y sus acciones, actitudes o dichos; una circunstancia; el orgullo; frustración; miedo; odio;  y el pecado.

Todos hemos experimentado la ira alguna vez. Puede adoptar muchas formas: gritos, violencia, respuestas cortantes y tonos hirientes, fumar, comprar, comer en exceso, abstenerse de ingerir comida, beber, drogarse, etc.

Vivir enojado aumenta hasta 3 mil veces más el envejecimiento, pues eleva la producción de micro-enfermadores sub-celulares, pueden ser desde cardiopatías hasta el debilitamiento del sistema inmunológico. Como por ejemplo: hipertensión arterial, dermatitis, desbalance en la glucosa-insulina en sangre, afecta el funcionamiento de la tiroides, dolor de estómago, gastritis, reflujo, náuseas, úlceras, tensión muscular crónica y cansancio, entre otros síntomas.

      El psiquiatra cristiano Paul Meier considera que el resultado de manejar la ira en forma inadecuada puede causar hasta 95% de las depresiones.

Regresando entonces a nuestro versículo principal, no prohíbe que nos enojemos, sino que seamos tardos para hacerlo. Personajes bíblicos se enojaron:

Pero Jonás se apesadumbró en extremo, y se enojó.
Jonás 4:1.

Vinieron, pues, a Jerusalén; y entrando Jesús en el templo,
comenzó a echar fuera a los que vendían 
y compraban en el templo;
y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas 
de los que vendían palomas;
Marcos 11:15.

Pero hay límites para la ira, que es una emoción dada por Dios:

Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo,
Efesios 4:26.

©     Enojarnos sin pecar,
©     No estar enojados por más de un día.

Y Jehová le dijo: ¿Haces tú bien en enojarte tanto?
Jonás 4:4.

Un necio se enoja enseguida,
pero una persona sabia mantiene la calma cuando la insultan.
Prov. 12.16 (NTV).

Los necios dan rienda suelta a su enojo,
    pero los sabios calladamente lo controlan. Prov. 29.11 (NTV).

©  Meditar si vale la pena enojarse por eso, en tal magnitud y en ese momento.

         No es bueno reprimir el enojo, pues trae enfermedades, carácter irritable, amargura, venganza pasiva (sin tratarla de frente), cinismo, hostilidad, menosprecio reiterado a las personas, son críticos constantes y se quedan sin amigos, pues no se conoce la forma de sacar esta emoción de manera sana.

No te hagas amigo de gente violenta,
ni te juntes con los iracundos, Prov. 22.24 (NVI).

La Biblia afirma:

Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira,
gritería y maledicencia, y toda malicia. Ef. 4.31.

Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia,
blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. Col. 3.8.

El necio da rienda suelta a toda su ira,
Mas el sabio al fin la sosiega. Prov. 29.11.

El que mucho se enoja, recibe su merecido;
librarlo del castigo es empeorar las cosas. Prov. 19.19 (DHH).

Es bueno que tu consejero(a) pueda ayudarte con esa área difícil y puedas estar rindiendo cuentas de tus avances, también hay bastante literatura cristiana sobre el tema. En nuestra sección de "Buenos Libros" aquí en la página principal del blog, hay varios que te serán útiles.

Para finalizar, como siempre, el Señor nos puso ejemplo y nos dio herramientas para vencer.

Pero tú eres Dios que perdonas, clemente y piadoso, 
tardo para la ira,
y grande en misericordia, porque no los abandonaste. Neh. 9.17.

Jehová es tardo para la ira y grande en poder, Nah.1.3 a.

Pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor, 
sino un espíritu de poder,
 de amor y de buen juicio. 2 Tim. 1.7 (DHH).

A todo puedo hacerle frente,
gracias a Cristo que me fortalece. Fil. 4.13 (DHH).

         ¡Así sea!

         Te dejo los enlaces de los anteriores artículos de esta misma porción:

          
          
          Prontos para oír.

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