martes, 9 de junio de 2015

"Soy homosexual y no quiero serlo."


Por Everardo Martínez.
Hace aproximadamente quince años,  empezaron a llegar a mi consultorio personas que decían: “Soy homosexual y no quiero serlo”. 
La idea para mí era una verdadera novedad dado que en mi paso por la Facultad de Psicología me enseñaron que la homosexualidad era una preferencia.
Estas personas comenzaron a transformar mi enseñanza adquirida.
Evidentemente no habían elegido la homosexualidad, eso conjugado con lo que me aseveraban, claramente mostraba que si pudieran, elegirían la heterosexualidad.
Ante este panorama, tuve que ir definiendo varias áreas que trataré de explicar a lo largo de este artículo.

Al entrevistar a estas personas, encontré que ellas
descubrieron la atracción homosexual, no la eligieron, no es una preferencia. 

¿Cómo sucedió esto? Entre los 11 y 13 años, en la transición de la educación primaria a la secundaria, ellos experimentaron la normal revolución hormonal que trae el deseo sexual en todo ser humano.


Es en ese momento, cuando la homosexualidad aparece: “Me atrae mucho alguien de mí mismo sexo”. Pero no me decían que esto fuera una cuestión sexual, no estaban atraídos hacia los genitales,  era como una curiosidad exacerbada.
Al profundizar en ese sentimiento, la mayoría decían haber deseado ser abrazados o tocados, pero no sexualmente, solo querían sentir cierta intimidad emocional, como un abrazo largo, como una cercanía afectuosa con estas personas. En la misma medida, existía una admiración a algún rasgo de esas personas.

En ocasiones, nos confundimos al recordar niños afeminados o niñas “amachadas”, como si esto fuera evidencia de homosexualidad. Sin embargo, esto es únicamente fruto de la socialización, los niños imitan el ambiente en el que viven.
Estos niños no tienen atracción homosexual.

La elección de los pacientes era desear “quitarse” la homosexualidad.
Y aquí surge otra pregunta: ¿Eres lo que sientes?
¿Es válido fundar la identidad sobre un sentimiento? ¿De verdad estas personas por tener una atracción hacia su mismo sexo, se convertían en homosexuales? ¿Verdaderamente es homosexual?
¿Un sentimiento puede determinar la identidad de una persona? ¿Poner todo el énfasis en un sentimiento es correcto?
 ¿Y la evidencia física? Entonces, si mi hijo me dice que siente que es perro, o caballo, o araña, o Spiderman ¿eso es..?

Desde la ideología de género hasta nuestros días, todos hemos creído como dogma de fe que somos lo que sentimos.
Todo lo anterior, me hizo meditar seriamente en mi práctica profesional aplicada en este asunto. Reflexioné entonces en la historia de la ciencia tratando de encontrar ejemplos o escenarios en que un sentimiento ha sido tan sobrevaluado y no lo encontré.
De esta manera, al trabajar en terapia con estos pacientes, empecé a encontrar factores en común que  pudieron dar origen a la confusión de pensar que eran homosexuales.
En la próxima entrega, te hablaré de las causas por las que estas personas llegaron a esa confusión en su vida.
Cualquier duda puedes comentar con confianza aquí en el blog o escribirme un inbox en mi página: Fan page de Everardo Martínez.


2 comentarios:

  1. Estoy en las mismas, tengo atracciones homosexuales! Y no las quiero, nunca he tenido una relacion sexual homosexual pero si sentiemiendo homosexuales que me causan placer. Pero no quiero eso.

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    1. Gracias por leer y escribir anónimo. te recomiendo que te pongas en contacto con nuestro colaborador y te ayudará con mucho gusto.
      Su página de Facebook es: https://www.facebook.com/everardomartinezmacias
      Puedes mandarle un inbox. No dudes en acudir con él. Bendiciones.

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