lunes, 23 de septiembre de 2024

Decidí ser buena madre para mis hijos...

 


"Estoy decidida a ser una buena madre para mis hijos:
A orar por ellos
A serles de buen ejemplo
A darles un buen consejo
A cuidar de sus almas y sus cuerpos
A velar por sus tiernas mentes
A inculcar piedad y virtud
A no escatimar dolores y dificultades que les harán bien
A corregir sus errores aunque me incomode hacerlo
Y nunca dejar de animar cada don y talento que se esté formando en sus vidas."
-Eliza Lucas

*Tomado de la web
** Foto Unsplash

martes, 10 de septiembre de 2024

Reflexiones desde el hospital

                           

7 de mayo 2024

Cada vez que voy al hospital, veo la miseria humana, carencia de dignidad, filas de personas como si nos hicieran el favor de atendernos.

Llantos por doquier, niños en sillas de ruedas, cojos, bebés deformes, pequeños cansados, miradas perdidas llenas de dolor, palidez y debilidad, padres con rostro de preocupación y cansancio.

No entiendo por qué los niños deben sufrir, pero sí que siempre hay un propósito que cada quien debe encontrar.

Aquí me doblega el espíritu, viene la humillación, nada soy... Recordando: todo pasa, nada es para siempre...

Encontramos personas ásperas que muestran la naturaleza humana.
También veo la presencia de Dios en algunas que con paciencia, compasión y entrega ponen su capacidad en servicio del prójimo.

Entiendo aquí la mirada puesta en las cosas de arriba, en la eternidad, que aquí no es mi casa, esto no puede ser el fin de nuestra existencia.
Es un camino de quebrantamiento, de purificación para un bien mayor.

No se puede transitar este camino sin esperanza, sin fe.

"Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos;
y ya no habrá muerte,
ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor;
porque las primeras cosas pasaron.
Y el que estaba sentado en el trono dijo:
He aquí, yo hago nuevas todas las cosas.
Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas."

Apocalipsis 21:4-5 RVR1960‬

Entonces entiendo que el fin de todo es para anhelar la eternidad.





viernes, 16 de julio de 2021

Despojándonos del temor...


 “El temor del hombre pondrá lazo;

Mas el que confía en Jehová será exaltado.” Prov 29.25

 El temor es la “pasión del ánimo, que hace huir o rehusar aquello que se considera dañoso, arriesgado o peligroso. Recelo de un daño futuro.”

Dice el pasaje que este miedo pondrá lazo, una atadura que nos impide avanzar hacia el plan que Dios tiene trazado para cada uno.

El enemigo quiere que no veamos el potencial que el Creador puso en nosotros para Su gloria, que pensemos no voy a predicar porque se van a burlar de mí, qué van a pensar si ven que soy muy espiritual, me van a dejar de hablar si les digo que eso no es aprobado por Dios, me despedirán del trabajo si no hago lo que mi jefe me pide que es incorrecto, estamos hundidos con este presidente inepto… y una larga lista de cosas que nos hacen temer al hombre.

Lo anterior  muestra: 

“Y es que amaban más la gloria de los 

hombres que la gloria de Dios.“  Jn. 12.43.

El éxito no va acompañado del miedo. Continúa el proverbio señalando que el que confía en Jehová será exaltado, que significa elevar la dignidad o el mérito de alguien. Si tengo presente que Dios está conmigo, quién contra mí, seré bendecida.

Sal. 91.2-7. “Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;

Mi Dios, en quien confiaré.

 El te librará del lazo del cazador,

De la peste destructora.

 Con sus plumas te cubrirá,

Y debajo de sus alas estarás seguro;

Escudo y adarga es su verdad.

 No temerás el terror nocturno,

Ni saeta que vuele de día,

Ni pestilencia que ande en oscuridad,

Ni mortandad que en medio del día destruya.

Caerán a tu lado mil,

Y diez mil a tu diestra;

Mas a ti no llegará.”

La misma Palabra nos anima:

 »Escúchenme ustedes, pueblo que conoce la justicia y que lleva mi enseñanza en su corazón: No tengan miedo de las afrentas humanas, ni se desanimen por sus ultrajes,” Is. 51.7.

Saber la Palabra de Dios me da libertad, sé las ventajas y promesas que tengo, conozco al Dios en que creo y Su poder.

“Mas os digo, amigos míos: No temáis a los que matan el cuerpo, 

y después nada más pueden hacer.” Lc 12.4.

Ayúdame Señor a ser valiente y despojarme del miedo para avanzar en mis metas, que me goce en medio de las aflicciones de este mundo, recordar que tú has vencido y voy a la diestra del Todopoderoso. En nombre de Jesús, amén.

 



 

 

 

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