martes, 9 de diciembre de 2014

Rahab: la ramera.


           La prostitución era prohibida en Israel.

No haya ramera de entre las hijas de Israel,
ni haya sodomita de entre los hijos de Israel. Dt. 23.17.

Sin embargo, era practicada debido a la relajación de las costumbres y por la influencia corruptora del paganismo alrededor.
Canaán era una ciudad culta y pacífica, pero con idolatría sensual y cruel, pues practicaban ritos de fertilidad y sacrificios humanos. En este contexto, aparece Rahab, la ramera.

Josué hijo de Nun envió desde Sitim dos espías secretamente, diciéndoles: Andad,
reconoced la tierra, y a Jericó. Y ellos fueron, y entraron en casa de una ramera
 que se llamaba Rahab, y posaron allí. (Josué 2.1).

Rahab significa “ancha”. Su casa se hallaba en la misma muralla de Jericó. Era una doble muralla de ladrillo, con un muro exterior de 2 metros de espesor, un espacio vacío de alrededor de 4.5m. y un muro interior de 4m. De altura, estos muros tenían 9 m.

La ciudad, pequeña, pero muy poblada, había construido casas en la parte alta de la muralla, por encima del espacio vacío entre las dos murallas.

Se dice que fue posible que los espías escogieran ese lugar estratégicamente situado, porque las autoridades veían entrar con frecuencia extranjeros a esa casa por obvias razones. Puedes leer la historia completa en Josué 2.

 La mayoría de los estudios sobre Rahab se enfocan en que era ramera, pero en el sentido estricto, también fue mentirosa, astuta y traidora a su pueblo.

Pero entre esa ciudad llena de pecado, estaba esta mujer que había creído en el Dios de Israel, quien ya tenía un plan para su vida.

Porque hemos oído que Jehová hizo secar las aguas del Mar Rojo delante de vosotros
cuando salisteis de Egipto, y lo que habéis hecho a los dos reyes de los amorreos que
estaban al otro lado del Jordán, a Sehón y a Og, a los cuales habéis destruido.
Oyendo esto, ha desmayado nuestro corazón; ni ha quedado más aliento en hombre
 alguno por causa de vosotros, porque Jehová vuestro Dios es Dios arriba
en los cielos y abajo en la tierra. Jos. 2.10, 11.

Por la fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los desobedientes,
 habiendo recibido a los espías en paz. Heb. 11.31.

Me encanta el final de este último versículo, pues enfatiza que los recibió en paz, muestra de su fe genuina. Y dice el Salmo 15: ¿Quién habitará en tu tabernáculo?

Aquel a cuyos ojos el vil es menospreciado,
Pero honra a los que temen a Jehová.
El que aun jurando en daño suyo, no por eso cambia;
Sal.15.4.

Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos
más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que
vuestros pensamientos. Is. 55.9.



La gracia… esa incomprensible gracia y misericordia de Dios. Cuántas veces nuestra farisea manera de pensar nos engaña afirmando: ¿Hasta crees que alguien como ella creerá en Cristo? ¡Pero mira cómo está vestida, mira a lo que se dedica! Qué tal que la llevo a la iglesia y se queda con mi marido o hace caer al pastor…
 Olvidamos que no hay pecado grande ni chico, todos son iguales ante Dios, solo que unos más escandalosos que otros, pero del mismo nivel de gravedad: Nos separan de Dios.
Pero en una casa grande, no solamente hay utensilios de oro y de plata,
sino también de madera y de barro; y unos son para usos honrosos,
y otros para usos viles.
 Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra,
santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra.
2 Tim. 2.20, 21.

Jesús les dijo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van
delante de vosotros al reino de Dios.
Porque vino a vosotros Juan en camino de justicia, y no le creísteis;
pero los publicanos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto,
no os arrepentisteis después para creerle.
Mt 21.31, 32.

Lee el final detallado de la historia en Jos. 6.17-25.

Mas Josué salvó la vida a Rahab la ramera, y a la casa de su padre,
y a todo lo que ella tenía; y habitó ella entre los israelitas hasta hoy,
por cuanto escondió a los mensajeros que Josué había enviado a
reconocer a Jericó. Jos. 6.25

Como ves, se incorporó al pueblo de Dios, cumpliéndose la promesa:
Por tanto, así dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré,
y delante de mí estarás;
 y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca.
Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos.
Jer. 15.19.


Rahab vino a ser la esposa de Salmón, quien se cree fue uno de los espías, y madre de Booz, figurando así en la genealogía del rey David y del Señor Jesús.

Salmón engendró de Rahab a Booz, Booz engendró de Rut a Obed,
y Obed a Isaí. Mt. 1.5.

“El amor acentúa la disposición personal de Dios hacia las criaturas no merecedoras, mientras la gracia acentúa su libertad de la obligación de salvarlas. Tanto el amor como la gracia, son inmerecidos”.

 sino que Dios eligió lo necio del mundo, para avergonzar a los sabios;
y lo débil del mundo, para avergonzar a lo fuerte.  También Dios escogió lo vil del mundo y lo menospreciado, y lo que no es, para deshacer lo que es,  
a fin de que nadie pueda jactarse en su presencia.  Pero gracias a Dios
ustedes ahora son de Cristo Jesús, a quien Dios ha constituido como
nuestra sabiduría, nuestra justificación, nuestra santificación
y nuestra redención,  para que se cumpla lo que está escrito:
«El que se gloría, que se gloríe en el Señor.»
1Co. 1.27-31.
        
         Te agradecemos Señor por estas hermosas historias escritas en tu Palabra, que nos ayudan a recordar que ninguno somos mejores que otros, sino que solo por tu gracia y misericordia somos lo que somos. Ayúdanos a ver con Tus ojos a nuestro prójimo, en nombre de Jesús, amén.

 Este artículo fue escrito para el blog Ama a Dios Grandemente.




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