¡Qué tal amigas!
La semana pasada estuvimos analizando
unidad física y la unidad del corazón.
¿Cómo te fue con el desafío?
Hoy terminaremos con dos puntos más
para lograr ser una sola carne.
3.- UNIDAD ESPIRITUAL.
Amós 3.3, 4.- ¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo? ¿Rugirá el león en la selva sin haber presa?
Hay que tener la misma
fe, mismas convicciones bíblicas, mismos principios, mismo llamado.
Por ejemplo, su visión y
metas espirituales como familia, que el padre asuma su responsabilidad como
pastor del hogar, devocional juntos, oración
en los alimentos y en lo particular, y congruencia en casa, en el lugar de
trabajo y en la iglesia.
Mt. 8.19.- Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la
tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que
está en los cielos. 20 Porque donde están dos o tres congregados en mi
nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
4.- UNIDAD EN LAS REGLAS DE LA CASA.
Esta situación
es sumamente común en la consejería.
Es necesario previo
acuerdo entre ambos cónyuges y con el compromiso de cumplirlas, por eso deben
estar basadas en principios bíblicos para no tener la tentación de romper las
reglas.
Nosotros
debemos ser los primeros en poner el ejemplo y ser consistentes, que tu no sea
NO y tu sí, SÍ.
Algunas ideas serían: horas de llegar,
disciplina para los hijos, parámetros para amistades de cónyuges e hijos, qué
actividades tendrán en el tiempo libre, tipos de películas, a qué lugares o
eventos irán, tareas para cada quien, horario de ver televisión e internet,
tiempo para hacer la tarea, día para visitar a las familias políticas, etc.
Para esto es
básico comportarse con coherencia y sinceridad, de acuerdo a convicciones
espirituales. No decir al adolescente: “No maltrates a tu madre,” y el padre es
el primero que lo hace; “no digas groserías,” y los padres las expresan.
Recuerda que no
hay principios bíblicos para adultos y para chicos, son para todos por igual.
“Un día
preguntaron a un sabio ¿A qué edad debe empezar la educación moral de los
hijos?
Este contestó: ‘20
años antes de nacer por lo menos, educando primero a los padres’.”
¿Qué
tal, eh? ¡Ciertísimo!
Mt. 19:5,6.- Los dos serán una sola
carne. Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por lo tanto,
lo que Dios juntó no lo separe el hombre.
¿Cuán
buenas son estas nuevas?
“Significan
esto: Cuando hay desavenencias entre los esposos y se sienten tentados a
pensar, 'no estamos hechos el uno para el otro, ¡no hay remedio!', en realidad
están escuchando la sugerencia de alguien que les está contando mentiras. No
tienen por qué creerlo."Dios los juntó". Son "una sola
carne".
Tan
verdadero como el día sigue a la noche, Dios los ha hecho el uno para el otro,
a fin de que sean realmente uno.”
Cuando haya desaveniencias primero vayan
a la Biblia, intenten llegar a un acuerdo, y si es necesario, pidan consejo a
una autoridad espiritual.
Rom. 12.16.- Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No
seáis sabios en vuestra propia opinión.
Jn. 17.22, 23.- La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como
nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el
mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí
me has amado.
Es un desafío tener unidad siendo tan diferentes, pero
no imposible. Un importante reto como personas y como pareja.
No te desalientes, ¡y a trabajar se ha dicho!
Gracias por estas reflexiones. Es fácil sentirse desalentados cuando las cosas andan mal, pero tenemos de parte del Señor su fortaleza y sabiduría para sacar nuestros matrimonios adelante. Como dijo, "a trabajar se ha dicho".
ResponderBorrarAsí es, no demos lugar al diablo ni a nuestro desánimo.
ResponderBorrarUsemos esas valiosas herramientas que Dios nos da.
Gracias por escribir Rebeca.