“El anciano
a la señora elegida y a sus hijos, a quienes yo amo en la verdad; y no sólo yo,
sino también todos los que han conocido la verdad,
a causa de la verdad que permanece en nosotros, y estará para siempre con nosotros:
Sea con
vosotros gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo, Hijo
del Padre, en verdad y en amor.
Mucho me
regocijé porque he hallado a algunos de tus hijos andando en la verdad,
conforme al mandamiento que recibimos del Padre.” 2 Jn 1.1-4
Según expertos, esta expresión inicial es mayor a un
superlativo, lo que indica que Juan estaba inmensamente feliz por la razón de
saber que algunos de sus hijos espirituales andan en la verdad, de acuerdo con lo que Dios
establece en Su Palabra.
“Pues mucho
me regocijé cuando vinieron los hermanos y dieron testimonio de tu verdad, de
cómo andas en la verdad.
No tengo yo
mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad.”
¿Qué importancia tiene esto? Vamos primero a checar
el concepto de verdad, pues este autor repitió esta palabra 37 veces en el
Nuevo Testamento. Según la RAE es “Conformidad de las cosas con el concepto que
de ellas forma la mente. / Conformidad de lo que se dice con lo que se siente o
se piensa. / Propiedad que tiene una cosa de mantenerse siempre la misma sin
mutación alguna.”
Pero los
que hacen verdad son su contentamiento.” (Pr 12.22)
Amado Padre: Te pido un corazón dispuesto a andar en caminos rectos, guárdame de deslizarme con fábulas profanas que me aparten de tu luz y sea de tropiezo a otros. Úsame para dar testimonio de Tu verdad. En Tu nombre, amén.
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