“El temor del hombre pondrá lazo;
Mas el que confía en
Jehová será exaltado.”
El temor es la “pasión del ánimo, que hace
huir o rehusar aquello que se considera dañoso, arriesgado o peligroso. Recelo de un daño futuro.”
Dice el pasaje que este
miedo pondrá lazo, una atadura que nos impide avanzar hacia el plan que Dios
tiene trazado para cada uno.
El enemigo quiere que
no veamos el potencial que el Creador puso en nosotros para Su gloria, que
pensemos no voy a predicar porque se van a burlar de mí, qué van a pensar si
ven que soy muy espiritual, me van a dejar de hablar si les digo que eso no es
aprobado por Dios, me despedirán del trabajo si no hago lo que mi jefe me pide
que es incorrecto, estamos hundidos con este presidente inepto… y una larga
lista de cosas que nos hacen temer al hombre.
Lo anterior muestra:
“Y es que amaban más la gloria de los
hombres que la gloria de Dios.“ Jn.
12.43.
El éxito no va acompañado
del miedo. Continúa el proverbio señalando que el que confía en Jehová será
exaltado, que significa elevar la dignidad o el mérito de alguien. Si tengo
presente que Dios está conmigo, quién contra mí, seré bendecida.
Sal. 91.2-7. “Diré yo a
Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;
Mi Dios, en quien
confiaré.
El te librará del lazo del cazador,
De la peste
destructora.
Con sus plumas te cubrirá,
Y debajo de sus alas
estarás seguro;
Escudo y adarga es su
verdad.
No temerás el terror nocturno,
Ni saeta que vuele de
día,
Ni pestilencia que ande
en oscuridad,
Ni mortandad que en
medio del día destruya.
Caerán a tu lado mil,
Y diez mil a tu
diestra;
Mas a ti no llegará.”
La misma Palabra nos anima:
»Escúchenme ustedes, pueblo que conoce la justicia y que lleva mi enseñanza en su corazón: No tengan miedo de las afrentas humanas, ni se desanimen por sus ultrajes,” Is. 51.7.
Saber la Palabra de
Dios me da libertad, sé las ventajas y promesas que tengo, conozco al Dios en
que creo y Su poder.
“Mas os digo, amigos míos: No temáis a los que matan el cuerpo,
y después nada más pueden hacer.” Lc
12.4.
Ayúdame Señor a ser
valiente y despojarme del miedo para avanzar en mis metas, que me goce en medio
de las aflicciones de este mundo, recordar que tú has vencido y voy a la
diestra del Todopoderoso. En nombre de Jesús, amén.