Cuántas veces tenemos incertidumbre sobre lo que ha de
venir, quisiéramos que Dios nos revelara lo que va a pasar en nuestra vida
cuando no nos concede algo que deseamos con todo nuestro corazón, que creemos que Dios se está tardando con los
planes que yo creo que deben suceder.
O
aun tal vez estás en un buen momento de tu vida, y piensas que es raro y crees
que a lo mejor Dios te va a mandar una desgracia, lo cual no nos permite
disfrutar las bendiciones que nos está dando ahora.
Cuando tenemos esas actitudes, estamos
echando en saco roto varios preceptos importantísimos que Dios nos hace, los
olvidamos.
Algunos de ellos son:
Sal. 100.3.- Reconoced que Jehová es
Dios; El nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos.
Is. 48.17.- Así ha dicho Jehová, Redentor tuyo, el Santo de Israel: Yo soy Jehová Dios tuyo, que te enseña
provechosamente, que te encamina por el camino que debes seguir.
Sal. 112.7.- No tendrá temor de malas
noticias; Su corazón está firme,
confiado en Jehová.
Os. 12.5, 6.- 5 Mas Jehová es Dios de los ejércitos; Jehová es su nombre. 6Tú, pues, vuélvete a tu
Dios; guarda misericordia y juicio, y en tu Dios confía siempre.
Después de todo, Dios tiene la razón, Él
me ama, está a favor mío, todo lo que hace es por mi bien, no por perjudicarme.
Job 8.11-14.- 11¿Crece el junco sin lodo? ¿Crece el prado sin agua? 12Aun en su verdor, y sin haber sido cortado, Con todo, se
seca primero que toda hierba. 13 Tales son los caminos de todos los que olvidan a Dios; Y la esperanza del impío perecerá; 14Porque su esperanza será cortada, Y su confianza es tela de
araña.
Sin embargo Dios nos hace una
invitación:
SAL. 34.8.- Gustad, y ved que es bueno Jehová; Dichoso el hombre que confía en él.
Por tanto, quiero compartirte hoy cuatro pasos
para confiar en Dios.
1.-PASAR TIEMPO CON ÉL.
Sal. 9.10.- En ti confiarán los que conocen tu nombre, Por cuanto tú, oh Jehová, no desamparaste
a los que te buscaron.
El vocablo “buscar” en el original es frecuentar,
preguntar, adorar, pedir, perseguir, procurar, consultar, escudriñar, indagar.
Estas son actitudes del corazón al estar pasando tiempo con el Creador ¿cómo
estoy cuando leo y oro, lo hago por obligación o con deleite?
¡Nuestro padre cuida de los suyos! Y es tan
misericordioso, que aun haciendo lo que debemos todavía nos añade más
bendiciones.
Sal. 34.4-10:
4Busqué a Jehová, y él me oyó, Y me libró de todos mis temores.
5Los que miraron a él fueron alumbrados, Y sus rostros no fueron avergonzados.
6Este pobre clamó, y le oyó Jehová, Y lo libró de todas sus angustias.
7 El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, Y los defiende.
9 Temed a Jehová, vosotros sus santos, Pues nada falta a los que le temen.
10Los leoncillos necesitan, y tienen hambre; Pero los que buscan a
Jehová no tendrán falta de ningún bien.
2.-TENER
PALABRA DE DIOS EN MI CORAZÓN Y CONFIAR EN ELLA.
Prov. 22.17-21a.- 17Inclina tu oído y oye las palabras de los sabios, Y aplica tu corazón a mi sabiduría; 18 Porque es cosa deliciosa, si las guardares dentro de ti; Si juntamente se afirmaren sobre tus labios. 19 Para que tu confianza sea en Jehová, Te las he hecho saber hoy a ti
también. 20 ¿No te he escrito tres veces En consejos y en ciencia, 21 Para hacerte saber
la certidumbre de las palabras de verdad,
Por tener un Dios
verdadero, la Palabra de Dios es segura. Si la tenemos en nuestra mente y
corazón, el Espíritu Santo usa esas porciones para dar paz y rumbo a nuestros
pensamientos y decisiones.
3.- ENCOMENDAR A DIOS TU VIDA.
Sal.
37.5, 7a.- 5Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará.
7Guarda silencio ante Jehová, y
espera en él.
Te cuento una historia: ”En
una gran escuela hubo un incendio. Como es común en tales casos se produjo una
alarma y varios niños precipitándose unos contra otros, fueron heridos de
gravedad.
Pero una niña quedó sentada en
su mesa, muy pálida, de sus ojos brotaban lágrimas, sin embargo, supo estar
quieta sin proferir un grito.
Cuando se restableció el orden
le preguntaron sobre su actitud. –Ah, respondió- mi padre es bombero y me tiene
dicho que en tales casos lo mejor que se puede hacer es quedarse quieto hasta
que la puerta esté libre de gente que se atropella o que haya pasado el peligro.
Yo he creído sus palabras, y esto es lo que me ha hecho estar quieta.”
Esta es la actitud a imitar de
esta pequeña de la historia, sabía quién era su papá, un experto en la materia;
creyó en las instrucciones de su padre y se persuadió de ellas.
Hay que orar para que Dios nos
guíe en Sus planes y confiar en que Él me hizo y sabe el propósito para el cual
fui creada.
A su
vez, el silencio no implica falta de comunicación. Sirve de pausa reflexiva tras
una comunicación, para ayudar a valorar el mensaje.
Existen distintos silencios en
la música, de diferente duración, con el propósito de revalorizar los sonidos
anteriores y posteriores a él, para respirar y no ir tan rápido.
En esta
época de tanta tecnología y rapidez nos es más difícil tener paciencia y esperar,
el microondas, los motores con cada vez más capacidad, el internet más veloz,
etc. Pero es necesario, para cocinar un pastel, esperar a que se hornee para
que sepa rico, no sé de alguien que le guste un pan con la masa a medio cocinar
o cruda.
4.-
PEDIR CONFORME A SU VOLUNTAD.
1 Jn. 5.14, 15.- 14 Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa
conforme a su voluntad, él nos
oye. 15 Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que
pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.
Es lo mejor que podemos hacer,
confiar en el “científico inventor”, Él sabe por qué y para qué hizo las cosas,
el proyecto, el manual de instrucciones, conoce las cualidades, utilidad, puntos
débiles, fallas y fortalezas.
Claro que esto no significa
que sea lo más fácil para nosotros como humanos, pero sí lo más seguro como
hijos de Dios.
Termino con el siguiente
pasaje:
Jer. 17.7, 8.- 7 Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová.
8 Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente
echará
sus raíces, y no verá cuando
viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año
de sequía no se fatigará, ni
dejará de dar fruto.
Dios nunca nos fallará ni desamparará. Él es nuestra
fortaleza en el día de angustia. Dejemos que Dios nos sorprenda con el buen
plan que tiene para nosotros.
*Escrito para elviajedeunamujer.blogspot.com
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