Hoy te
compartiré el claro y conmovedor testimonio de una preciosa mujer mexicana que
ha sido llamada a la India sirviendo en el ámbito educativo.
Actualmente se
encuentra en un periodo de entrenamiento en misiones en Estados Unidos de
América.
Te invito a que
te unas para sustentarla como parte de su ejército de oración. Puedes seguirla
siendo bendecida con sus memorias en este tiempo y contactarla en su página http://www.lupitanavarro.com/
Espero que de
paso alguien pueda ser tocado por esta experiencia y le dé el último “empujoncito”
para servir en misiones. ;)
¡Adelante mi
querida, la pluma es tuya! J
“Soy Lupita Navarro.
Hace 25 años,
tres años después de mi conversión, Dios me llevó a La India. Estuve allí 6
meses en un estado al suroeste llamado Goa. Hice trabajo misionero con otras 3 personas de mi iglesia en
Zacatecas.
El experimentar
de cerca la necesidad espiritual de la gente en ese país, cambió mi perspectiva
de la vida y de mi llamado.
En febrero de
1989, durante mi viaje de regreso de La India, yo le pedí a Dios que me dijera
si Él quería que yo regresara a ese país. Le pedía que me diera una señal antes
de llegar a Zacatecas. Fue entonces cuando al ir atravesando por carretera el
estado de Durango, vi un letrero que anunciaba un poblado en ese lugar llamado
“La India”. ¡Ya sabrán mi sorpresa al ver esto! Yo no tenía idea de que hubiera
un poblado con ese nombre.
No conforme con
esto, le pedí nuevamente a Dios que confirmara esto con Su Palabra. Él en Su
fidelidad me dio Juan 15:6: “No me
elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegía a vosotros, y os he puesto para
que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que
pidieres al Padre en mi nombre, él os lo dé”.
Me era muy
evidente que Dios quería que yo
regresara a ese país a servirle. Al principio pensé que esto sería de inmediato
y me dediqué a hacer cosas encaminadas a mi regreso. Me fui a Austin a estudiar
el Hindi 6 meses en la Universidad de Texas, busqué oportunidades para
regresar, para obtener una visa, etc. Pero todo sin éxito.
Al transcurrir
el tiempo, hubo ciertas ocasiones
en que llegué a pensar que el
llamado era sólo producto de mi imaginación. Sin embargo, a lo largo de los
años Dios se ha encargado de recordarme que no es así.
En diciembre del
2003, al estar buscando a Dios, específicamente le pregunté qué quería de mí,
qué quería que yo hiciera con los dones y talentos que Él me había dado. Aunque
mi vida en ese tiempo era cómoda y me gustaba mucho, yo simplemente quería
tener más dirección de Dios, sin necesariamente seguir pensando en La India.
Pero, Dios me habló claramente en
Jeremías 31:39 que dice “Y el cordel de medir saldrá más allá, directamente
hasta la colina de Gareb, y girará hasta Goa”.
Cuando leí esto,
supe nuevamente que no era mi imaginación, sino que Dios me estaba recordando
Su deseo de llevarme a La India otra vez. Sin embargo ninguna puerta se abría
para mi regreso.
La confirmación de Dios.
En el año 2007
tuve la oportunidad de hacer una Maestría en Educación, pero yo estaba muy
confundida porque sabía que terminarla
me tomaría tiempo. Realmente no estaba interesada en hacerla porque me preguntaba cuándo, entonces, sería el
tiempo de regresar a La India.
En febrero del
2008, durante mi primer año de maestría,
Dios puso una impresión fuerte en mi corazón de que yo iría a La India
como maestra, que me usaría para evangelizar a las personas de las castas altas
y que Él usaría esta maestría en Su tiempo perfecto para mi servicio en ese
país.
Cabe mencionar
que para la gente de estas castas los títulos académicos son muy
importantes. Me dio palabra en Isaías
55:4 “He aquí yo lo di por testigo a los pueblos, por jefe y por maestro a las
naciones”.
En todo este
recorrido, muchas veces llegué a preguntarle a Dios si yo tenía que buscar la
oportunidad y manera de regresar a La India. Él volvió a hablar a mi corazón a
través de Isaías 30:21: “Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que
diga: Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni
tampoco torzáis a la mano
izquierda”. Supe pues, que Él me mostraría
el camino, la manera y el tiempo correcto para regresar.
La bendición de mi papá.
3 semanas
después de que murió mi papá, encontré una carta que él me había escrito en
donde me dice: “Hijita, sabemos que fuiste escogida por Él para ser una
misionera en La India y la fecha se está acercando”. Al final de la carta mi papá también escribió
esto: “Te quiero bendecir con este versículo, ¿Y cómo predicarán si no fueren
enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la
paz, de los que anuncian buenas nuevas!
Ese mismo día un
poco más tarde, vi ese mismo versículo en una revista misionera con una foto de
los pies de mujeres de La India. Supe entonces que el tiempo había llegado,
pero no tenía idea de qué debía hacer o por dónde empezar a buscar la
oportunidad para mi regreso a La India.
Días más tarde recibí
una carta, a través de una amiga mutua, de unos misioneros brasileños que están
en La India. En esa carta, explican que ellos tienen un instituto de idiomas
como plataforma para que lleguen misioneros a este país. Este instituto sirve
básicamente a personas de las castas altas y enseñan Hindi, Inglés, y, para mí
sorpresa, también español. Mencionaban también allí, en letras mayúsculas, que necesitaban maestros
de español.
El cumplimiento del tiempo.
Ahora estoy en
un entrenamiento misionero de 9 meses en una organización llamada Hillside
Missions en Richmond Virginia, preparándome para alcanzar a los no alcanzados con el amor y salvación
de Jesucristo.”
Maravilloso cómo
Dios abre puertas y pone paz en los
corazones cuando es el tiempo de ejecutar Su plan y dar otro paso.
La próxima
semana publicaré un devocional escrito por Lupita, sobre misiones. Espéralo.
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