miércoles, 29 de mayo de 2013

Esposa vs Mamá



“Ya son padres, ahora todo será felicidad 
cada vez que vean al bebé”.
Sin duda, uno de los mayores desafíos que hay en el matrimonio, además de la adaptación al vivir juntos, es la llegada de los hijos.
A nosotros nos ha sido todavía más difícil, pues nuestro hijo llegó a los 8 años de casados. A todos lados íbamos juntos, viajamos mucho, yo trabajaba fuera de casa y me daba tiempo de practicar nuevas recetas de cocina tres veces al año, todo siempre organizado, salíamos a la hora que queríamos, nuestra comunicación y tiempo como pareja: espectacular.
A pesar de ser un hijo muy deseado y de que indudablemente fue una felicidad enorme su nacimiento, nuestra vida como pareja nunca será igual, y con esto, no digo que para mal, simplemente que debe ajustarse y se perderán unas cosas para obtener otras.
No se disfrutará una siesta como acostumbrabas, ni ver una película sin interrupciones, ni comer tus alimentos calientes y en una sola vez.  Esto es una realidad y con el paso del tiempo, con la vorágine del nuevo bebé, no todo es felicidad, y nadie te lo dice, y piensas que manifestarlo será considerado malagradecido o insensible.
Genera gran estrés y cambios en el desarrollo personal,  profesional, económico y conyugal de los padres. Aun cuando hayan leído mucho y recibido cursos prenatales, pueden considerar seguir documentándose y hacerse acompañar de una consejería después de algunos meses para ayudarles a asimilar las innovaciones en la familia.
Está demostrado que los papás primerizos también pueden padecer depresión  post-parto, no solo la mamá.
Aquí te comparto algunas cosas que debemos cuidar en nuestro matrimonio cuando nos convertimos en la bendición de ser padres:
Ø Cuidar nuestro tiempo con Dios es básico.
Ec. 4.9-12.- Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo.
Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero;
pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante.
También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente;
mas ¿cómo se calentará uno solo?
Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán;
y cordón de tres dobleces no se rompe pronto.

Ø Estar muy unidos como pareja y apoyarse mutuamente.
Col. 3.12-14.- Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad,
de mansedumbre, de paciencia;
soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.

Ø  Las mujeres tendemos a pensar, actuar y hablar como mamás todo el tiempo desde que conocemos a ese bebé, y no solo con el esposo ¡con todo el mundo!
             Es necesario “acordarte” de qué platicabas antes y entender que ser mamá es una parte de tí, no todo, también eres hija, tal vez empleada, amiga y esposa en primer lugar.
Ø  Atender a tu esposo. Se comenta que desde el embarazo se sienten excluidos
porque la atención se centra en el bebé y la mamá. La atención que el nene requiere y el poco tiempo que se tiene para compartir en pareja puede volverse resentimiento contra el otro o aun contra el bebé si no se maneja adecuadamente ni se comunica con la esposa.
Hay que considerar que el 70% de los casos de infidelidad surgen por un sentimiento de soledad en uno de los cónyuges.
No dejes de cocinarle algo especial, de ser cariñosa con él o tener algún detalle mientras se organizan de nuevo.
Por tanto, es muy importante:
Ø  Platicar constantemente sobre cómo se sienten con los cambios y pensar juntos en alternativas para sobrellevarlos y ver las bendiciones a pesar de las dificultades.
Esto implica que:
Ø  Planeen involucrarse los dos con actividades domésticas y cuidado del bebé los primeros meses.
Me sucedió que cuando mi esposo llegaba de trabajar, todavía no terminaba de
hacer de comer, y para acabarla me ponía a llorar por los cambios hormonales y tenía una frustración bárbara mientras fui acomodando los horarios considerando las “interrupciones” por la nueva tarea de ser madre. Por consiguiente, el mal humor también afloraba en mí. Hay que pedir un poco de paciencia porque es normal.
Ø  Cuidar mi aspecto físico luego del parto en cuanto los
médicos te lo permitan. Hay que recuperar el peso en la
medida de lo posible.
También implica mi apariencia, personalmente me ha costado trabajo esto y a veces pongo como prioridad que mi esposo e hijo salgan muy bien o tengan su ropa lista, pero yo al último, pero es cuestión de organizarse y en su caso adelantar y acomodar la pañalera y bibis desde un día antes o cargar en tu bolsa una cajita con labial, aretes, collar, pulsera y anillo para “emergencias”.
Ø  Es bueno considerar que las mujeres estamos sometidas a mucha presión social al convertirnos en mamás, ya que todo el mundo te quiere dar consejos y se sienten calificados sobre todo lo concerniente a la pediatría, y nos siembran inseguridad y el sentirnos malas madres que nos pondrán tristes y estresadas.
Hay que escuchar con amabilidad, agradecer y guardar silencio.
Ø Aunque a las mamás nos cuesta mucho, es recomendable de vez en cuando, dejar
a los niños con alguien de confianza para tener una cita juntos o recuperar un poco tu vida social.
Hay que descubrir nuevos lugares adecuados a donde podamos asistir con nuestros hijos para tener también un tiempo en familia.

Sal. 127.3, 4.- He aquí, herencia de Jehová son los hijos;
Cosa de estima el fruto del vientre.
Como saetas en mano del valiente,
Así son los hijos habidos en la juventud.

Todo lo anterior requiere iniciativa, esfuerzo, paciencia y perseverancia poniendo a prueba nuestra capacidad de adaptación,  hay que recordar nuestro proyecto como familia, cuánto deseamos tener hijos y formarlos y tomar con buena actitud los nuevos desafíos y cambios para ir caminando por el sendero de transformación por la que toda familia debe pasar, sin descuidar ser una pareja plena y feliz como base y prioridad.

Col. 3.15- 16 a.- Y la paz de Dios gobierne 
en vuestros corazones, a la que
asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; 
y sed agradecidos.
La palabra de Cristo more en abundancia 
en vosotros, enseñándoos
y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría,


DESAFÍO SEMANA 5
Toma un tiempo para ti.
Sal a un parque, una cafetería, o pídele a alguien que se quede con los niños, quizás tu esposo puede sacarlos un rato de casa.
 O si no, espera a que todos estén dormidos y 
tengas un rato sin interrupciones.
Ora y pídele a Dios que te muestre si en algo estás 
fallando en tus prioridades. 
Toma una hoja de papel o un cuaderno y anota de qué forma práctica puedes mantener en orden tus prioridades: Dios, tu esposo, tus hijos, todo lo demás.
Anota también qué pasos puedes dar para mantenerte en el buen camino en cuanto a tus prioridades.
Si tienes posibilidad, repite este ejercicio cada cierto tiempo.


Mil gracias por habernos seguido estas 5 maravillosas semanas meditando sobre la maternidad.
No olvides visitar a mis amigas en los siguientes enlaces:


http://unamujerelegida.wordpress.com/2013/05/28/5-esposa-vs-mama/









2 comentarios:

  1. Estoy leyendo con calma tus artículos querida Jessica y estoy pensando seriamente en tomar ese descanso y salir con mi esposo en calma durante unas horas y platicar ,sé que cuesta cuando has estado concentrada sólo en tu hijo durante tanto tiempo,pero a nosotros nos sorprendió la llegada de nuestro hijo y en la vejez,eso es algo significativo y te plantea otras inquietudes.

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    Respuestas
    1. ¡Hola Vero! Hemos estado tomando un tiempo con mi esposo y ha sido difícil para mí como mamá (aunque sea solo por algunas horas :S ), pero muy bueno como esposos :) , así que es necesario. Inténtenlo, será de bendición.
      Gracias por escribir.

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