Marzo 5, 2014.
¡No
quepo de alegría y gozo!
Ayer
fue un día histórico en mi vida, Dios mostró Su gran misericordia y por todos
los corazones que Dios movió para clamar por el alma de mi papá.
Les
cuento que ayer me llamó un tío que es cardiólogo, al cual no habíamos
localizado desde el domingo porque queríamos saber parámetros para poder
autorizar la cirugía de mi papá antes de que fuera urgentísima.
Resulta
que me dijo que el médico que estaba operando a mi papá era el mejor cirujano
que había en el Estado, que era muy decente y que no me preocupara. Me percaté
del cuidado de Dios para mi papá, pues nosotros no sabíamos quién era y le fue
asignado por el hospital (¡claro que fue asignado y guiado por mi Señor!).
Quiero
contarles que mi papá está en uno de los hospitales más caros que hay en la
ciudad, gracias a su prestación de jubilación por haber sido docente. No se ha
pagado nada.
Llegué
desde las siete de la mañana al hospital, pero ya no nos dejaron ver a papá
antes de la cirugía.
Lo
hemodializaron a las nueve pasadas y a la 1pm lo ingresaron a quirófano.
Estábamos mi mamá, mi tía Bertha (una de las hermanas de mi mamá) mis dos
hermanos y los dos mejores amigos de mi papá: Juan y Toño.
Cuando
ingresaron, mi mamá me pidió que si orábamos en familia en la parte de abajo
del hospital y así lo hicimos, yo dirigí la oración.
Luego
mi mamá y mi tía fueron a misa en el hospital.
A las
2.30, iniciaría la cirugía y me inquieté un poco, pues sabía del riesgo de
hemorragia por los anticoagulantes. Me puse a orar, como por una hora
específicamente por las hemorragias y arterias, porque el inicio de la cirugía
sería crucial. Ya que vi que pasaron casi dos horas, descansó mi corazón aunque
estaba tranquila.
Luego
tuve oportunidad de compartirle a la chica encargada de seguridad de la terapia
intensiva.
A las
cinco de la tarde llegó Edgar para ir a comer juntos rápido cerca del hospital.
Al rato
de que regresamos estuvimos bromeando con los amigos de mi papá, que son muy
ocurrentes, recordando anécdotas de mi papi.
A las 6
de la tarde, la chica de seguridad que les comenté, me llamó y me dijo que fue
a quirófano, que vio a mi papá y que estaba bien y ya le habían solicitado la
cama de regreso a terapia intensiva.
Llamé a
mi mamá y a mis hermanos que estaban abajo. Se respiró un clima de cierta
tranquilidad, pues sabíamos que estaba vivo.
A las
6.40 la misma muchacha me dijo “venga, venga y mire esta pantalla”, iba la
camilla rodeada de doctores con mi papi ingresando a su cuarto de nuevo.
Empezamos a emocionarnos.
A las
6.45 salieron los doctores que estuvieron en quirófano, estábamos juntos la
familia y los amigos de mi papá que no se despegaron toda la tarde. Nos
informaron que al inicio ciertamente hubo una hemorragia, pero pudo
controlarse. Que de las 3 arterias del corazón, remplazaron una bien, e
intentaron implantar una que encontraron, que aunque estaba delgadita y
pensaron que no “pegaría”, funcionó y tiene posibilidades de tener éxito.
Dijo el
médico que estuvo difícil, que pensó que no saldría, pues había muy
escasas posibilidades, pero que el corazón de mi papá "es muy fuerte" (y más
poderoso el que lo sostiene ¿verdad amigas?).
Inmediatamente
que se retiraron los doctores hicimos un círculo para dar gracias a Dios por la
cirugía, Edgar oró. Todos estábamos contentísimos y nos abrazamos todos.
La sala
de espera de terapia estaba llena con otras personas y creo fue de testimonio.
Mi mamá
accedió ir a casa solo para bañarse y regresó, mientras yo me quedé con mi otro
hermano porque nos iban a dejar ver a mi papá.
Mi mamá
me dijo: "Entran ustedes, me lo saludas por favor", y le respondí: Pero el Dr dijo
que no le hablara...
-“No importa, sé que le gustará que le
hables”. Y mi tía (que es viuda hace un año) secundó: “Tu tío estuvo así y sí
escucha, háblale”.
Casi a
las 8pm nos dieron 40 minutos, 15 yo, 15 mi hermano, 5 Edgar y 5 Alejandra, una
mejor amiga de mi papá que llegó luego, llorando de la emoción de que mi papá
salió bien.
Me dio
tanto gusto verlo, aunque sea dormido, le dije emocionada: “¿Viste papi? ¡¡Estás
vivo!! ¡¡Dios es bueno y tuvo misericordia!!” Le platiqué todos los que
estuvieron orando y llamando ese día, le dije algunos versículos sobre la paz
de Dios y el Sal. 23.
Imaginaba
cómo será el día que lo vuelvan a despertar y nos veamos de nuevo…!!
Casi a
las 10.30 de la noche fuimos por mi hijo, pues ya tenía 5 días con los otros
abuelos. Me abrazaba mucho y me decía: “¡mami te extrañé!
Por fin
regresamos a casa, ¡todos completos! Con un gozo maravilloso, oramos por los
siguientes días de la recuperación y
agradecimos por el abuelo “Teto”.
Dormí muy bien, desperté y ví el reloj, 5.43
de la mañana: “Gracias Dios, ya pasó la noche, que seguro mi papá está con
bien… J Un día más abrazados de Tu gracia…”
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