Job. 9.1-10.- Respondió Job, y dijo:
Ciertamente yo sé que es así;
¿Y cómo se justificará el hombre con Dios?
Si quisiere contender con él,
No le podrá responder a una cosa entre mil.
El es sabio de corazón, y
poderoso en fuerzas;
¿Quién se endureció contra él, y le fue bien?
El arranca los montes con su
furor,
Y no saben quién los trastornó;
El remueve la tierra de su lugar,
Y hace temblar sus columnas;
El manda al sol, y no sale;
Y sella las estrellas;
El solo extendió los cielos,
Y anda sobre las olas del mar;
El hizo la Osa, el Orión y las
Pléyades,
Y los lugares secretos del sur;
El hace cosas grandes e
incomprensibles,
Y maravillosas, sin número.
Una de esas cosas maravillosas que ese Dios sabio,
creativo y poderoso hizo, fui yo: Jéssica.
A lo largo de los años, ha habido circunstancias, he permitido cosas
y he tomado decisiones que han afectado esa percepción inicial con la que Dios
me creó, estas vivencias dolorosas fueron
sembrando una opinión
negativa sobre mi apariencia, mi inteligencia o mis capacidades desencadenando una baja autoestima.
Es muy importante trabajar en esto, ya que si yo misma
tengo una pobre imagen de mí, permitiré que los demás me traten igual, tendré
una actitud conformista, temerosa, defensiva, hostil y tendiente al pesimismo.
Algunas de las causas que la provocan pueden
presentarse desde la infancia o en cualquier otro momento de la vida:
- Desempleo.
- Ser víctima de abusos (sexuales, físicos o emocionales).
- Falta de atención de los padres cuando fuiste niño.
- Fracasar en cumplir con las expectativas de los padres.
- Complacer a las personas por presión social.
- Bullying.
- Padecer enfermedades que condicionen sus actividades cotidianas o impacten en su calidad de vida.
- Pérdida de personas importantes por muerte o rompimiento de relaciones.
Así que debemos estar muy
atentas para excavar y meditar si luchamos con algo de
esto para
conocer con qué personas se suscitó, con qué circunstancia, en qué tiempo,
razones, cómo reaccioné, por qué me siento así, hacer un proceso de perdón y sanación del corazón (que
requiere tiempo), un plan de acción para contrarrestar la autoestima baja y tal
vez acercarse a alguien (mentor o consejero) que te pueda acompañar en el
proceso.
Para darte un poco más idea de por
dónde debes comenzar, en qué medida te aceptas a ti misma y en qué área
(apariencia, habilidades o capacidades), aquí está un test[1] que me
encontré y te será muy útil.
Simplemente
marca las acciones o actitudes que tienes:
Intentos
inapropiados de esconder defectos.
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Excesiva atención a
la ropa.
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Necesidad de cosas
o títulos como símbolos de categoría.
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Cambio de color de
pelo.
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Incapacidad de
confiar en Dios.
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Conformarse a las
modas.
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Excesiva pena y
timidez.
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Incapacidad de amar
a otros.
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Autocrítica.
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Ilusión de llegar a
ser como otros.
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Actitudes de
superioridad y presunción.
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Burla de rasgos
físicos de otros.
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Incapacitante temor
al fracaso.
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Rendimiento
persistentemente bajo.
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Mención de nombres
para impresionar.
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Búsqueda de distinción
social..
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Incapacidad de
aceptar a un cónyuge.
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Halagos para
personas reconocidas.
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Extravagancia en
las compras.
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Vivir por encima de
mi presupuesto.
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Hipersensibilidad a
la crítica.
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Búsqueda de elogios.
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Descuido de mi
presentación y cuidado físico.
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Conducta bulliciosa
y discutidora.
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Crítica de otras
personas.
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Incapacidad para
elogiar a otros.
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Incapacidad de
recibir elogios.
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Menosprecio por mis
habilidades personales.
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Coqueteo con el
sexo opuesto.
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Maquillaje excesivo.
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Uso de calzado
elevador.
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Parloteo.
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Obsesión con las
dietas.
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Obligar a mis hijos
a distinguirse.
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Poco contacto
visual en la conversación.
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Constante necesidad
de aprobación.
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Comparación de
características inalterables.
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Acciones o palabras
estrafalarias.
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Rechazo de familia
o extracción.
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Exageración de mis
logros.
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Descuido de la
familia por agradar a otros.
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Violación de normas
para ganar aceptación.
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Número de
síntomas.
Leí por ahí que Dios puede restaurar cualquier cosa,
siempre y cuando entreguemos todos los pedazos.
Sal.
139.1-2, 4-6, 8, 10-11:
Oh Jehová, oye mi oración, escucha mis ruegos;
Respóndeme por tu verdad, por tu justicia.
Y no entres en
juicio con tu siervo;
Porque no se justificará delante de ti ningún ser
humano.
Y mi espíritu se
angustió dentro de mí;
Está desolado mi
corazón.
Me acordé de los días antiguos;
Meditaba en
todas tus obras;
Reflexionaba en
las obras de tus manos.
Extendí mis manos a ti,
Mi alma a ti
como la tierra sedienta.
Hazme oír por la mañana tu misericordia,
Porque en ti he confiado;
Hazme saber el camino por donde ande,
Porque a ti he elevado mi alma.
Enséñame a hacer
tu voluntad, porque tú eres mi Dios;
Tu buen espíritu
me guíe a tierra de rectitud.
Por tu nombre, oh Jehová, me vivificarás;
Por tu justicia
sacarás mi alma de angustia.
Yo sé que mi Padre Celestial quiere que disfrute,
verme gozosa, con más bendiciones y en la misma sintonía al quitar pecados de
mi vida.
¡A trabajar se ha dicho!
Por
Jéssica Jiménez de Beltrán.
Escrito para el Blog "El viaje de una Mujer".
[1] Libreta “Cómo
Descubrir Propósito en la Vida. Aplicando principios Básicos. Capítulo Auto-aceptación. Pág. 4.
Excelente, muchas felicidades.
ResponderBorrarGloria a Dios que te fue de bendición amiga anónima. Te agradezco que escribas.
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