Lc.
11.35.- Asegúrate de
que la luz que crees tener no sea en realidad oscuridad (NVI).
¡Qué
tal amigas!
Este
versículo del que te compartiré hoy, impactó mi corazón esta semana. En
especial la frase “la luz que crees tener”.
Durante
el 2012 pasamos por disciplinas y pruebas,
ministerial y personalmente, y el deseo de mi corazón ha sido con mayor
fuerza el Salmo 139.23-24 a:
Examíname, oh
Dios, y conoce mi corazón;
Pruébame y
conoce mis pensamientos;
Y ve si hay en
mí camino de perversidad,
Si de algo se supone yo había estado segura en mis 38
años de vida, es que yo no tenía problemas de autoestima, cuestión que de verdad podrían constatar los que me
conocen, ya que aparento una personalidad fuerte y segura.
Pero
gracias a Dios, en este año he leído ya tres
libros cristianos que me han ayudado a crecer espiritualmente,
escudriñando mucho mi corazón, y… ¡oh sorpresa! Me costó reconocer, sí, confieso
que tengo baja autoestima.
Imagínate
dura cerviz ¡después de más de 600 hojas y cuántos años! Pero afortunadamente el
Señor ya quebrantó mi corazón…
Sal.
139.1-3.- Oh Jehová, tú
me has examinado y conocido.
Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme;
Has entendido desde lejos mis pensamientos.
Has escudriñado mi andar y mi reposo,
Y todos mis caminos te son conocidos.
La estima
defectuosa está mal delante de Dios, es ingratitud, pues no
valoro las fortalezas que Dios puso en mi persona, soy su diseño y lo estoy
despreciando, mi carácter hostil no me gusta, mi dureza para hablar tampoco, no
tengo contentamiento pleno y he orado mucho al Creador para reflejar el gozo
que he perdido.
He sentido mi alma literalmente abatida, y buscando el
significado de esta palabra en el Diccionario, para escribir este artículo, me
impresionó su significado: Echar por tierra /Hacer que algo caiga o descienda /
Poner tendido lo que estaba vertical / Hacer perder el ánimo, las fuerzas, el
vigor / Desviarse de su rumbo a impulso del viento o de una corriente.
Así, tal cual, he estado, unas semanas mejor, otras
más o menos, otras sensible, otras agresiva, otras mal. Cuando pienso que ya lo
voy superando, algo pasa para mostrarme que aun estoy muy dolida y quebrantada.
Dios ahí, sacando, sacando, sacando, suciedad, lodo,
mugre de hace poco y de hace años. Y no
ha sido por falta de comunión, ni de buscar a Dios, creo es respuesta a mi
oración para hurgar detalladamente, pienso que hay todavía cosas qué sacar,
obscuridad en la luz que creía tener.
En los
últimos tres años, ha habido angustias y ataques, a los que he añadido auto-exigencia
y no he estado satisfecha con lo que hago, siempre creo que pude haber hecho
más y me he quejado bastante. Mis frases favoritas han sido: “Si hubiera
hecho”, “si fuera así”… He luchado con el perfeccionismo y el control olvidando
que soy humana, débil y pecadora.
Me he dejado llevar por la corriente y he creído más
lo que otros dicen de mí, en mis defectos, en lo que no puedo hacer, en
derrumbar los avances que tengo como si todo estuviera mal, que en lo que Dios
opina de Jéssica y en lo que es real.
Así que lo primero que estoy haciendo es intentar
verme como Dios me ve, con Sus ojos, no con los míos:
Is. 49.1 b.- Jehová me llamó desde el vientre, desde las
entrañas de mi madre tuvo mi nombre en memoria.
Is. 44.24.- Así dice Jehová, tu Redentor, que te formó desde el
vientre: Yo Jehová, que lo hago todo, que extiendo solo los cielos, que
extiendo la tierra por mí mismo;
¡El que hizo los cielos me tenía en Sus planes!
1 Co 1.27.- sino que lo necio del mundo escogió Dios,
para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para
avergonzar a lo fuerte;
¡Se vale que no sea perfecta! Soy humana, no soy Dios...
2 Co. 12.9.- Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se
perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en
mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
Fil. 1.6.- estando persuadido de esto, que el que comenzó en
vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;
Él hará, tengo al Espíritu Santo morando en mí, me
está redarguyendo de pecado.
Rom. 9.20.- Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para
que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has
hecho así?
“Padre Celestial:
Gracias porque tus pensamientos para conmigo son
pensamientos de paz y no de mal.
Gracias porque tú obras todas las cosas para bien de
los que te aman y son llamados conforme a tus propósitos.
Gracias por los ‘defectos’ que contiene Tu diseño en
mi vida para conformarme a la imagen de tu Hijo.
Gracias por permitirme asegurarme de que la luz que
creí tener no sea en realidad oscuridad.”
Sal.
51.6-8.- “He aquí, tú
amas la verdad en lo íntimo,
Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.
Purifícame con hisopo, y seré limpio;
Lávame, y seré más blanco que la nieve.
Hazme oír gozo y alegría,
Y se recrearán los huesos que has abatido.”
¡Nos leemos el lunes!
Por
Jéssica Jiménez de Beltrán.
Escrito para el Blog El Viaje de Una Mujer.
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